miércoles, 15 de agosto de 2012


¡Relájate!


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Puedes hacer este ejercicio en cualquier momento que te sientas estresada, nerviosa y que por eso empieces a pensar que estás gravemente enferma. ¡Relax!
1.    Siéntate en una posición cómoda o recuéstate.
2.    Cierra tus ojos, de preferencia con tus manos en tu regazo o a tus costados.
3.    Respira profunda y lentamente. Coloca una de tus manos en tu abdomen y fíjate cómo sube y baja mientras respiras. Entre más profunda sea tu respiración, más fácil te será notar el movimiento. (Si te duele un poco la cabeza, no te preocupes porque es normal).
4.    Concéntrate en tu frente y trata de relajarla.
5.    Después, pasa al área alrededor de tus ojos. Ténsala primero y relájala lo más que puedas. ¡Notarás la diferencia!
6.    Ve bajando por todo tu rostro. Presta atención especial al área que rodea tu nariz.
7.    Sigue bajando a tu cuello, tus hombros y al resto de tu cuerpo. ¡Detente sólo hasta que llegues a las puntas de tus pies!
¿Lo mejor? Si te acostumbras a hacer este ejercicio siempre que estés nerviosa, tu cuerpo entenderá que quieres relajarte cuando respires profundo, ¡incluso aunque en ese momento no estés preocupada!

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